Todo comenzó en 2011, cuando Weiner cursaba el último grado de bachillerato en el municipio de Concepción, Antioquia. Durante la Semana de la Juventud en su colegio, decidió participar en las carreras de atletismo y le gustó. Le llamó la atención correr, pero no solo por ir a tocar timbres en las puertas de los vecinos, sino correr de verdad, competir contra los mejores del mundo en su categoría: un sueño cumplido.