El diplomado de pedagogía para profesionales no licenciados se sustenta legalmente en el decreto 2035 del 16 junio de 2005 que reglamenta el parágrafo 1 del artículo 12 del decreto ley 1278 de 2002 y en el que se establecen los objetivos y los requisitos del programa de pedagogía que deben acreditar los profesionales con título diferente al de licenciado en educación al término del período de prueba. Así mismo, hay que considerar que el Ministerio de Educación aduce en cuanto a la “Duración y metodología del programa [que] La institución que ofrezca el programa de pedagogía, deberá facilitar al participante las condiciones necesarias para desarrollar las acciones formativas presenciales y el acompañamiento requerido en las acciones del trabajo autónomo. El programa académico se organizará en créditos, de tal manera que permita la evaluación de su calidad, con un componente presencial no inferior al 50%. Los programas tendrán como mínimo 10 créditos académicos. Un crédito corresponde a 48 horas de trabajo académico” (Artículo 5 del decreto 2035 del 16 junio de 2005).
La Pedagogía como disciplina, fundamento y eje de la formación de maestros se sustenta en la reflexión sobre los procesos de formación desde la humanización del ser humano, la educación y los procesos de enseñanza; como ciencia social e histórica se contextualiza para atender a las necesidades y aspiraciones sociales, históricas, científicas y culturales de la nación.
Así la Pedagogía favorece la formación integral del docente con un enfoque reflexivo, crítico y contextualizado de la práctica pedagógica, que contribuye a establecer relación entre la teoría y la práctica, desde la integración de diversas disciplinas que permiten la comprensión de realidades con una visión integrada.
La necesidad de la formación docente del profesional no licenciado, para un desempeño presente y futuro en el sector educativo ha de sustentarse en la consolidación de una visión de sí mismo, de su profesión y de la responsabilidad del ejercicio de la docencia, orientada por valores éticos y morales, competencias ciudadanas y reconocimiento como sujeto de deseo, sujeto público y político y ante todo sujeto de saber pedagógico.
La formación pedagógica con fundamentos epistemológicos, antropológicos, sociológicos, socioeducativos, éticos, y deontológicos, posibilita la interrelación sistémica y dinámica de sus conocimientos disciplinarios previos con sus nuevos saberes sobre la educación, la formación la pedagogía, la didáctica, el currículo, la evaluación en el marco de un ejercicio teórico practico medidos por la investigación pedagógica, que permiten reflexionar sobre su cotidianidad en los diferentes contextos educativos.
Desde esta visión se pretende lograr la identidad docente que le permita asumir el compromiso consigo mismo, con la sociedad, con la naturaleza, con la educación y con la cultura y un desempeño laboral adecuado a los nuevos retos y contextos socioeducativos y culturales para lograr la construcción y transformación de saberes y experiencias que favorezcan la formación de sujetos sociales, autónomos y productores de un saber propio que enriquezca su calidad de vida.