“La psicología es y seguirá siendo clave para entender la humanidad”
Dedicada, positiva, sensible, tenaz y muy profesional, son algunas de las características de la psicóloga Beatriz Marín Londoño, quien regresa a la decanatura de la Facultad de Psicología con la ilusión de cumplir no solo sus retos personales, sino también los proyectos de desarrollo que se trazó, como mínimo, a cinco años en la Universidad.
Beatriz, quien se considera una madre orgullosa de sus hijos Felipe y Enrique, ha tenido un amplio recorrido en el sector de la educación, área que le apasiona y a la que le ha entregado su tiempo y dedicación con la satisfacción de haber logrado lo que se ha propuesto en un campo como el de la psicología, que es vital para “entender la humanidad”.
Esta pereirana, con más de 20 años de experiencia, fue decana de la facultad de la Universidad entre 2010 y 2016, luego se desempeñó como rectora del Cesde y en 2018 regresó a la familia Bonaventuriana donde ocupó el cargo de directora del posgrado en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo. Su excelente labor la llevó de nuevo a la decanatura y ahora es la cabeza de la facultad con más historia de la Institución, a la que llega a aportar con sus conocimientos, entrega y trabajo en equipo.
Beatriz se siente “honrada” por estar de nuevo en esta posición. Hablamos con ella, sobre los retos y las expectativas, así como el futuro de la psicología y un poco acerca de su vida y la felicidad que le da estar en este emocionante campo al que ingresó hace 20 años: “Un día por allá en 1999 o 2000 me quedé a vivir definitivamente en las universidades y quiero morir en una universidad”.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta como decana de la Facultad en cuanto a docencia, investigación, proyección social y bienestar institucional?
“Tanto la Universidad como la facultad, es de retos. Especialmente la facultad, por ser antigua, poderosa, posicionada, acreditada y con doctorado. Eso hace que el reto sea mucho más grande, porque mantener procesos que ya tienen un status, un posicionamiento o un alto desarrollo, a veces tiene su implicación.
También hay que crecer. Nosotros no estamos satisfechos, ni podemos estarlo, ni queremos estarlo; crecer no es únicamente tener más estudiantes, es tener más posgrados, más ranking de calidad, en tener más profesores con doctorados, con maestrías y más categorizados en Colciencias.
El último desafío más importante que tenemos es el impacto. La Universidad por su filosofía y esta facultad por su sensibilidad. No nos debemos a nosotros mismos, nuestra dedicación no es en función de nosotros mismos, nuestra dedicación es en pro de la sociedad, para eso existimos, esa es la filosofía Bonaventuriana, esa es la sensibilidad nuestra, para eso es la psicología, entonces nosotros como Facultad de Psicología con toda esta potencia y con el crecimiento, tenemos como tercer desafío ser pertinentes e impactar a la sociedad a una humanidad y contribuir a mejores mundos”.
¿Qué expectativas tiene con el programa de psicología en la seccional y en las extensiones de Armenia e Ibagué?
“Nuestro pregrado es grande y nosotros históricamente hemos sido escuela, me refiero a que nosotros somos la mamá de los formadores de psicólogos de la región, entonces mantener precisamente la Alta Calidad en la formación de psicólogos que nos viene dada por el rigor histórico, es el desafío de Medellín y eso proyectarlo a Armenia e Ibagué. Son extensiones que nos fueron otorgadas por el Ministerio precisamente por la Alta Calidad y la norma dice que un programa de Alta Calidad puede abrir extensiones y estas han tenido un crecimiento y un impacto importante y lo hemos hecho con juicio, pero el tema de la Alta Calidad hay que seguirlo proyectando”.
¿Cómo ve el futuro de la psicología en general?
“La psicología es y seguirá siendo clave para entender la humanidad. Es y seguirá siendo una clave muy importante en las dinámicas futuras de lo humano, en la construcción, en el avance paulatino de una sociedad más armónica, con más paz y con menos dificultad en la salud mental. Todos lo conocen como calidad de vida y salud mental, la psicología es esencial para ello”.
¿Hacia dónde debería ir?
“La psicología no es pretenciosa en pensar que tiene las respuestas a todo lo humano, entonces digamos que el desarrollo de la psicología también a futuro está cada vez en avanzar en el trabajo con otras disciplinas que aporten desde la antropología, las neurociencias, las ciencias políticas, la filosofía, la misma teología… que vayan aportando en esta construcción del ser humano plural, feliz, saludable y armónico”.
En este 2019 las decanaturas están al mando de mujeres, ¿qué piensa de esta situación?
“(Risas) Hablando seriamente, yo creo que no es gratuito ni es un azar. Por ejemplo, yo soy profesora de posgrados en distintas ciudades del país y hay más mujeres estudiando, haciendo posgrados que hombres, es una constante, es claro que hay una brecha entre la condición de los hombres y de las mujeres, pero la Universidad, de una manera sensible, alcanza a ver los talentos y las condiciones. Todas las que estamos en este momento con las decanaturas, hemos llegado precisamente porque hemos hecho una trayectoria juiciosa y la Universidad la alcanza a ver y nos da esta confianza para que nosotros demos nuestros aportes, entonces creo que es un poco la dinámica de las mujeres que venimos empoderándonos y unas instituciones, y también un medio social, que vienen abriéndose y disponiéndose para escuchar la perspectiva y los aportes profesionales de las mujeres.
Yo no creo en feminismos y no quisiera pretender que ‘como lo hacemos las mujeres no lo hacen los hombres’, ¡no! Soy partidaria de una equidad y una igualdad, pero sí estoy convencida de que las mujeres tenemos unas formas diferentes en como resolvemos las cosas a como las resuelven los hombres, la diferencia está un poco más no en los talentos y en las capacidades, sino en las maneras en las que leemos y entendemos el mundo, resolvemos los asuntos del trabajo, los laborales y los personales”.
¿Cómo se describe en lo personal y en lo profesional?
“Complicado. Digamos que como primera instancia en lo profesional he sido dedicada. Con empeño y claridades en lo que he querido, ahí he puesto mis esfuerzos y me he quedado hasta que recojo frutos, esa ha sido una postura siempre de asumir todas las situaciones como oportunidad de afrontarlas, de crecer con ellas y de sembrar hasta recoger frutos. Mi historia laboral es cortica en el sentido de que he trabajado con pocas instituciones y pocos cargos, porque he estado ahí mucho tiempo, es un asunto de tenacidad o de desafíos. Eso es un poco como entiendo lo profesional, como asumo también la decanatura en este momento y eso siempre complementado con una convicción absoluta del trabajo en equipo, de la colectividad, porque uno solo no hace nada. Mucho consenso, escucha y acuerdo, y yo creo que desde que uno logre eso con los equipos los proyectos se van dando, van saliendo adelante.
Eso refleja asuntos más personales, que es la otra parte. Soy de consenso, me considero de apertura, me reconocen los demás una capacidad asertiva para decir con transparencia directamente las cosas, incluso las difíciles, y decirlas bien. Soy además focalizada y orientada al logro”.
¿Cómo se ve en un futuro?
“Como decana de la Facultad de Psicología (risas). La pregunta es un poco difícil, yo no pienso mucho en el futuro a largo plazo. Uno tiene que ir paciente, inteligente y calmadamente leyendo cómo se van dando las cosas, y con eso uno va construyendo sus realidades, entonces como muy al futuro no, yo tengo más bien algunas claridades de lo que quiero, habrá que ver cómo se van dando las cosas.
Yo quiero permanecer en la decanatura por lo menos cinco años, eso sí quiero, porque los proyectos educativos no son de corto aliento, entonces los resultados no se ven nunca de inmediato. Quiero hacer un proyecto de desarrollo de la facultad a cinco años que incluye nuevos programas, una línea posdoctoral que nos dispone a tener probablemente nuevos pregrados; es un asunto nuevo, porque esta facultad históricamente ha sido con pregrado en Psicología, son tres pregrados, pero en psicología en Ibagué, Medellín y Armenia. Ahora está la categoría salud, que nos permite pensar en otros temas. Quisiera estar aquí para cuando se obtenga la cuarta acreditación de Alta Calidad, creo que esas son palabras mayores, el pregrado va a cumplir 50 años, entonces también es muy honroso poder estar aquí, hay cosas en el futuro de la Facultad que yo quiero vivirlas, quiero estar ahí, para acompañarlas, eso sí lo alcanzo a visionar”.
Bueno, ahora saliéndonos de esa línea ¿alguna vez ha llorado con un libro?
“Con Ana Karenina de la literatura universal. Hay un libro que no es conocido porque de hecho es un libro actual y lo he compartido con varias personas, inclusive de aquí mismo de la facultad que se llama "Mil soles espléndidos". Es una novela de un autor iraquí que es biográfica, está basada en todas las dificultades que viven las mujeres musulmanas obligadas a usar la burka, obligadas a ser maltratadas por el marido… es una novela que también desgarra horriblemente lo que viven estas mujeres, es una novela muy linda”.
¿Qué la hace feliz?
“Yo busco siempre ser positiva, inclusive aquí se burlan un poco, pero con cariño, dicen: "hablen positivo como diría Beatriz". No lo digas en negativo, yo tengo una mirada en positivo frente a la vida, frente a los problemas como oportunidad, la tristeza como parte misma de la vida, entonces por un lado hay una actitud mía natural hacia lo positivo, pero ¿qué me hace feliz? A mí me hace feliz obtener resultados, orientar el logro, que la gente por la que trabajo como la que amo, tengamos una relación en la cual todos sintamos que estamos claros y bien, para mí eso es muy importante, que no haya malestares. Trabajo muy fuertemente por el concepto "calidad de vida ", que es inclusive la categoría teórica en la que yo trabajo, ella más que teorizar es realidad: con quien uno trabaja, con quien uno vive, que vivamos bien, eso me da felicidad a mí”.
Fuente: Unidad de Comunicaciones y Protocolo