“Yo creo en el liderazgo y en el trabajo en equipo”: Helena Pérez Garcés, decana de la Facultad de Ingenierías
Helena Pérez Garcés, nació en Medellín el 29 de mayo de 1973, en el hogar conformado por Luis Pérez y Helena Garcés de Pérez, es la mayor de dos hermanos. En su tiempo libre juega tenis como práctica deportiva recreativa y hace algunos años, en el colegio y universidad, jugó a nivel competitivo; también le gusta pintar y elaborar artesanías, se describe como una mujer justa en lo personal y competente en lo profesional.
En cuanto a sus estudios, es ingeniera ambiental de la Universidad de Medellín, especialista en Sistemas de Información Geográfica de la Universidad de San Buenaventura, magíster en Ciencias Ambientales de la Universidad de Antioquia y actualmente es estudiante del doctorado en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia.
Cuenta con experiencia en asesoría y consultoría en ordenamiento y gestión territorial, así como en sistemas de información geográfica para entidades de carácter público y privado, ha sido investigadora principal y coinvestigadora en diferentes proyectos y docente de cátedra en importantes instituciones universitarias de la ciudad.
Helena ha acompañado los procesos de la Facultad de Ingenierías de la Institución desde agosto de 2010, situación que le ha permitido estar en diferentes ámbitos: coordinadora de investigaciones, directora del programa Ingeniería Ambiental y docente investigadora; el 16 de enero de 2019 fue nombrada decana de la Facultad, tema sobre el que afirma: “es muy interesante llegar a liderar el proceso después de conocerlo desde adentro, yo conozco la institución y sé de los procesos que se han realizado y del desarrollo de la Facultad”.
¿Qué fortalezas posee para afrontar este nuevo reto de la decanatura?
“Yo creo en el liderazgo y en el trabajo en equipo, mi idea es aprovechar los valores y conocimientos, el capital humano que hay en la Facultad, yo soy una líder que sabe trabajar en equipo y creo que esa es mi principal fortaleza; siempre se deben generar relaciones de respeto y confianza en el otro para trabajar amable y libremente. Ellos han sido amigos y compañeros, considero que esa es una ventaja”.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta como decana de la Facultad en cuanto a docencia, investigación, proyección social y bienestar institucional?
“Nosotros tenemos en ingenierías en el ámbito internacional y general, con los estudiantes un problema de tipo vocacional, es decir, hay muy pocos jóvenes que quieren estudiar ingenierías, por los retos de las ciencias básicas y las matemáticas, y las cosas como lo sucedido en el Puente de Chirajara o el asunto de Hidroituango no hablan muy bien de la profesión.
Yo considero que el problema es que la ingeniería no ha sido capaz de conectarse con la sensibilidad de los muchachos que están saliendo de los colegios, ellos tienen una mejor inclinación por lo artístico y la libertad, quieren trabajar freelance o sin un jefe y uno ve que la ingeniería no ha sido capaz de conectarse con eso, tenemos una imagen de rigidez, de ser muy estrictos, de trabajar en una empresa, de estar en un escritorio ocho horas, ese tipo de cosas dejan de ser llamativas, entonces por ese lado tenemos un gran reto.
En cuanto a la docencia yo creo que el grupo de profesores de la Universidad es un grupo muy consolidado, con muchos conocimientos e investigativos, tenemos resultados en patentes, entonces esa parte hay que seguirla fortaleciendo y desde ese punto de vista lo que continúa es la flexibilización de los currículos de ingenierías y la modernización de las carreras.
En investigación la Facultad ha venido haciendo un buen trabajo, entonces el reto es mantenerlo, ya tenemos seis patentes e investigadores bien posicionados en los rankings, así como productos.
En el tema de proyección social, se ha trabajado tradicionalmente en la Facultad, a través de contratos y de Educación Continua, desde los programas de Ingeniería Ambiental e Ingeniería de Sonido, la idea es que ellos continúen haciéndolo y podamos involucrar a los otros programas a la misma dinámica; generar cursos cortos; diplomados y algunos contratos con entidades para ejecutar proyectos específicos.
Y finalmente, en bienestar tenemos un gran reto y es que la oferta que tiene la Universidad desde la unidad de Bienestar Institucional hay que socializarla con los estudiantes y trabajar en el bienestar de ellos, apoyándonos en todo eso que la Universidad ofrece, somos los llamados a conectar a los estudiantes con toda esa oferta”.
Usted tiene una amplia experiencia en estudios ambientales y geográficos ¿Cómo piensa vincular esos conocimientos a este nuevo rol en la Universidad?
“El área en la que me he desempeñado siempre profesionalmente es la gestión y la planificación ambiental, temas aplicables a mi labor en la Universidad. Hay que tener un sistema de indicadores y hacer una planificación del trabajo en la Facultad, para que todos sepamos cuál es el logro y la meta a la que le estamos apuntando”.
En este 2019 las decanaturas están al mando de mujeres ¿Qué piensa de esta situación?
“Por lo general las mujeres se pelean los puestos, pero me parece muy gratificante que nos hayamos ganado estos espacios, porque en una Universidad como esta esos puestos no son políticos no se mueven por roscas, sino que son puestos en los que la gente muestra sus habilidades y cualidades, y por eso están ahí.
La impronta humana de la Universidad hace que se fijen en esa parte humana y de gestión para poderlo elegir a uno o por lo menos proponerle un cargo como estos, son espacios muy valiosos en los que podemos aportar, es una oportunidad que la Universidad nos ha dado a las mujeres de formarnos y tener un proyecto profesional dentro de la Institución”.
¿Qué caracteriza a los ingenieros de la Universidad de San Buenaventura?
“Los ingenieros de la Universidad tienen un carácter humanista y de valores alrededor de su formación, las relaciones sociales y en grupos de trabajo es un asunto positivo, que llama la atención cuando los estudiantes hacen sus prácticas.
Por otro lado, se resalta su calidad como profesionales porque normalmente están muy conectados con el medio y con los problemas reales por lo que encajan muy bien en los procesos de las áreas donde van a trabajar.
Es importante también resaltar que cada uno de los programas va teniendo una identidad propia, nosotros tenemos ingenieros de sonido que son expertos en vibraciones y en diseños acústicos; tenemos ingenieros industriales que tienen énfasis en logística; ingenieros de sistemas que trabajan principalmente datos y software big data; ingenieros electrónicos que trabajan toda la parte de automatización, de smartcities o de ciudades inteligentes y todos esos temas asociados; ingenieros multimedia con conocimientos en todo tipo de nuevas tecnologías en juegos, audio y video interactivos; ingenieros ambientales que están enfocados en gestión ambiental y territorial enfocados en la parte técnica de control de aguas y suelos. Es así como cada programa tiene un énfasis claro en el medio, son apuestas que la Universidad ha hecho”.
¿Qué lugar de Colombia conoce o le gustaría conocer por su geografía?
“Por su geografía y cultura me llama mucho la atención toda la zona del eje cafetero, mi especialidad como profesional es la gestión territorial, entonces una de las áreas que se está configurando, creciendo y transformando en este momento es esa, hay una propuesta para formar un área metropolitana entre Manizales, Pereira y Armenia.
Además, en esta zona se da toda la transformación de la parte agrícola y cafetera, a un producto como el aguacate; está también el tema de industrialización en Pereira, todo se conjuga con un método natural muy interesante como lo es el Nevado del Ruiz, el Nevado de Santa Isabel, el Nevado del Tolima y la protección que tiene Parques Nacionales hacia el Parque Nacional Natural Tatamá, y todo lo que es la fauna y la flora del Quimbaya, es un sistema de procesos territoriales dinámicos, que en este momento es muy interesante conocer”.
Fuente: Unidad de Comunicaciones y Protocolo