Así se vive el retorno progresivo y seguro contado por una estudiante Bonaventuriana
Los cambios son difíciles, pero están en nuestra naturaleza humana superarlos. Somos seres que nos transformamos y adaptamos a las circunstancias que nos rodean. La pandemia por ejemplo, ha hecho que nos replantemos y entendamos al mundo de una forma diferente.
Cada semana en la Universidad de San Buenaventura Medellín y en sus Extensiones de Armenia e Ibagué, avanzamos en el retorno progresivo y seguro a las clases presenciales, un gran paso que permite apoyarnos unos a otros manteniendo siempre los protocolos de bioseguridad y cuidando el uno del otro.
Lo importante de este avance no es el regreso, es cómo nos sentimos en medio de este proceso.
Por ello, vamos a conocer la opinión desde el corazón de la comunidad Bonaventuriana: los estudiantes, quienes lo viven día a día.
Mediante una serie de preguntas, ellos darán su opinión sobre el impacto que ha causado el retorno progresivo y seguro a la Universidad, tanto en su vida universitaria, familiar e incluso laboral.
La primera estudiante que nos contará sobre su experiencia es Manuela Londoño Vahos, quien actualmente se encuentra en el octavo semestre del programa de Ingeniería Industrial en la sede San Benito.
¿Cómo ha sido su experiencia con el regreso progresivo y seguro a la Universidad de San Buenaventura?
R: Mi experiencia ha sido muy buena, porque en cuarentena y todo el tema de la pandemia me di cuenta de que la vida se vuelve mucho más monótona, cuando trabajamos desde casa, cuando todo requiere estrictamente de un computador y no interactúas con las personas de alrededor, entonces es muy chévere salir de esa zona de confort, se vuelve como una burbuja. Volver al mundo, ver personas e interactuar con ellas es algo muy gratificante, porque ya no me centro en mi pensamiento, aprendo de las otras personas, cambio mi rutina, tengo una motivación, así sea compartir con los demás, tener una clase presencial que es muchísimo más distinta a una virtual, ese mayor acercamiento en las clases, las inquietudes que se resuelven al instante hacen del regreso presencial una buena experiencia. Si bien la virtualidad tiene sus ventajas para las personas que trabajan y tiene tiempo limitado, también tiene sus desventajas para los que nos dedicamos al estudio.
¿Qué destacas del regreso a clases presenciales?
R: El compromiso, porque de alguna manera sentimos mucha más exigencia con las materias, también rescato mucho el poder compartir con las personas y aprender de ellas, no centrarme solo en mi opinión, sino abrir el pensamiento.
¿Qué hábitos de estudios has incorporados o reactivado con el retorno a clases?
R: Comencé a aprovechar más el tiempo, en vista que no tenía más para hacer, entonces antes me quedaba mucho tiempo en la Universidad y lo perdía haciendo otras cosas; yo decía voy a hacer este trabajo y terminaba haciendo otras cosas, entonces en la noche a veces me tocaba trasnochar por haber perdido toda la tarde. Ahora si estoy mucho más organizada, comencé a destinar ciertas horas para estudiar y con el regreso a la universidad comencé también a variar un poco, porque vengo dos días presencial, entonces esos días puedo compartir más con las personas y cuando estoy en mi casa puedo dedicarme más las actividades de estudio. La Universidad no es solo un espacio de estudio, sino también un espacio para compartir.
Puede sonar muy normal, pero el hecho de organizarme para venir a estudiar fue un hábito que reactivé, porque yo solamente me bañaba, me peinaba y me vestía, pero era algo muy básico y ahora me organizo con más motivación y siento que eso, aunque sea una pequeñez, me mantiene más activa, porque lo hago con propósito y motivación.
¿Cómo ha impactado a su familia el regreso presencial a clases?
R: El ambiente familiar cambia, porque casi siempre hay tema de conversación, ahora uno comparte las experiencias del día. Por ejemplo, cuando llego a la casa y veo a mi mamá y mi hermana les comento algo interesante del día o algo que les quiera compartir en específico. Hay mucho más de que hablar y eso es bueno.
Fuente: Redacción Boletín Hay Noticia