Un homenaje póstumo a nuestros estudiantes
La vida cotidiana nos da la certeza de que algún día moriremos. Es una realidad presente en nuestra vida. Para la comunidad de creyentes la muerte no es un tabú. Por el contrario, es una realidad inherente a la propia vida. Nacer es ya empezar a morir. Solo que, muchas veces vivimos como si esta vida no encontrara su momento final, esto es, la muerte.
Para quienes creen en Jesús, la muerte es el inicio de una vida eterna en la plenitud del amor infinito de Dios. Jesús dio su vida por la humanidad, para que nosotros tengamos esta vida eterna. Desde la experiencia de fe sabemos que, en la muerte, unida a Jesús, también resucitaremos con Él.
Las personas creyentes también como Jesús sienten y expresan el dolor de la muerte. Por eso es bueno recordar que en el Evangelio de Mateo (26, 39) Él nos da testimonio de la importancia que tiene la oración en estos momentos de dolor. El texto afirma que Jesús: "Adelantándose unos pasos, se inclinó hasta el suelo, y oró diciendo: Padre mío, si es posible, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú."
Esta fe eclesial nos convocó en la Capilla Jesús el Maestro de San Benito, el viernes 11 de agosto, con motivo de la fiesta de Santa Clara de Asís, y para celebrar una eucaristía en memoria de los estudiantes que fallecieron recientemente: Santiago Viana (Facultad de Psicología) y Daniel Montoya (Facultad de Ingenierías).
Posteriormente, en el auditorio Fray Arturo Calle Restrepo OFM, se realizó un sentido homenaje con testimonios, videos y fotografías, que llenaron de emoción a familiares y amigos de ambos estudiantes. Como cierre del evento se llevó a cabo una integración alrededor de una fogata en el patio central.
Fuente: Pastoral Universitaria