Escuela que construye humanidad: cultura como sentido y persona como sujeto
La Escuela ha de ser aquella matriz formadora de personas, aquella especialista en humanidad. La escuela está llamada a dinamizarse desde adentro, fortalecida con unas directrices claras y flexibles, con unos directivos con vocación de maestros, con unos maestros con vocación de misioneros, con unos estudiantes que aportan sus saberes e inquietudes.
La escuela es irreemplazable, como aquel lugar desde donde se construye, con el apoyo indelegable de la familia, el nuevo tejido social.
De la mano del Magisterio de la Iglesia Latinoamericana, de la lectura de la educación de Paulo Freire, conscientes de esta "sociedad líquida” (Bauman), apoyados por la teoría de la cibernética social proporcionalista tricerebral (W. De Gregory), es necesario evidenciar una nueva manera de ser, de saber, y de hacer.
Ser maestro es una pasión, es una misión.
Fuente: Luis Eduardo Gómez L. Pbro.